lauantai 14. tammikuuta 2017

Asado de alce con patatas de Laponia

De vez en cuando veo alces en los bosques. Es que en verano me gusta ir al bosque a recoger bayas y en otoño voy casi todos los días a recoger hongos o setas.

Nunca he cazado animales. En Finlandia uno no puede coger el rifle y salir a cazar cuando a uno se le antoje. La caza de alces  es organizada por los clubes de caza. Según la ley, para la caza de alces se necesita un permiso y el período de caza es desde el último viernes de septiembre al 31 de diciembre.

He probado la carne de alce y me gusta mucho. Tiene un sabor muy original. Como ya explicaba que la caza de alce está en monopolio de los clubes de cazadores, los y las que no pertenecemos a esos clubes tenemos que comprar la carne bastante cara y solamente cuando está a disposición. Es decir, que comer carne de alce es un lujo también en Finlandia. Hoy, de casualidad, vendían en oferta carne de alce en un supermercado. La carne venía ya cortada para preparar el famoso asado de alce.

Ya en casa, la carne congelada fue puesta en una cazuela con aceite. Se frío unos minutos hasta que la carne se asó, se le agregó sal y pimienta blanca al gusto, unas enebrinas o semillas de enebro y nata al gusto. Se dejó el asado a fuego lento por unos minutos y ya cuando la carne estaba suave, se le agregó un puñado de arándanos rojos congelados. Lo escribo en pasivo porque esta rica comida fue hecha por uno de mis hijos y su padre.

Lo servimos con patatas de almendra (en finés puikulaperuna). Son patatas típicas de Laponia. Además incluimos una salsa de craterellus tubaeformis, una de las setas más deliciosas de los bosques. Yo misma en otoño recogí esas setas y las guardé en el congelador. Con poco dinero obtuvimos una cena de reyes.
A falta de tinto, acompañamos la cena con un buen vino blanco.


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